Mis canas, tu sonrisa,
nuestras horas expuestas al sol,
nuestro rincón de acariciarnos,
todos los cielos que soñamos,
la ropa en descenso,
el té recién servido y enfriado
la luz en los espejos
tus ojos de luciérnaga anidados en los míos,
nuestros besos rotundos, feroces,
tus uñas arando mis huesos,
las fauces de la intimidad devorando nuestras sombras,
mis dedos bordando tu piel;
la quietud de nuestro cansancio
ese cansancio perfecto
de habernos amado tanto....