sábado, octubre 29, 2005

SOR PREN DI DO


Nada me sorprende, creía yo,
ni el brumoso amanecer de mi ciudad,
ni las madrugadas ruidosas,
ni el ascensor que no baja,
ni el sueldo que no aumenta,
ni el trabajo que se hace rutina,
ni las sandalias del pescador,
ni el Còdigo da Vinci no leido,
nada me sorprende...
hasta que apareces tú,
blanca como cisne,
erguida como en una pasarela,
turbadora,
culposa y pulposa,
llena de luces y vacía de sombras,
nada me sorprendía..
hasta que apareciste tú....

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